Adivina de Endor
1 Samuel 28:7-14 Entonces Saúl dijo a sus servidores: —Búsquenme una mujer que sepa evocar a los muertos, para que yo vaya a ella y consulte por medio de ella. Sus servidores le respondieron: —He aquí que en Endor hay una mujer que sabe evocar a los muertos. Saúl se disfrazó poniéndose otra ropa, y fue con dos hombres. Llegaron de noche a la mujer, y él dijo:—Por favor, evócame a los muertos y haz que suba quien yo te diga. Pero la mujer le respondió: —He aquí, tú sabes lo que ha hecho Saúl; cómo ha eliminado del país a los que evocan a los muertos y a los adivinos. ¿Por qué, pues, pones una trampa a mi vida para causarme la muerte? Saúl le juró por el SEÑOR, diciendo:—¡Vive el SEÑOR, que ningún mal te vendrá por esto! Entonces la mujer preguntó: —¿A quién haré que suba? Él respondió:—Haz que suba Samuel. Al ver la mujer a Samuel, gritó fuertemente. Y la mujer habló a Saúl diciendo: —¿Por qué me has engañado? ¡Tú eres Saúl! El rey le dijo:—No tengas miedo. ¿Qué has visto? La mujer respondió a Saúl: —He visto un espíritu que sube de la tierra. Entonces él le preguntó: —¿Qué aspecto tiene? Ella respondió:—Sube un hombre anciano, envuelto en un manto. Saúl entendió que era Samuel, e inclinando el rostro a tierra se postró.